El domingo 28 de febrero de 1993, Sandra Guzmán se dirigió, junto con su hija, al lugar de trabajo del padre de la menor, Pedro Gustavo Vázquez, en ese entonces policía. “Eran las 9 de la mañana, mi hija creyó ver a su papá y entró a la estación (de Germania), y yo no le vi ningún problema. Pero después de 20 minutos empezó ese ‘sexto sentido’ de madre y fue cuando encontré a mi chiquita en el tercer piso violada y estrangulada en un baño“.